La fuerza mayor

La fuerza mayor es un concepto jurídico que se refiere a una circunstancia imprevista e inevitable, que altera las condiciones de una obligación.

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¿Qué es la fuerza mayor?

La fuerza mayor es un suceso que resulta imprevisible e inevitable. Es muy similar al caso fortuito aunque, simplificando, podemos diferenciarlos en que la fuerza mayor es, además, ajeno o externo a las partes.

Un ejemplo serían fenómenos naturales extraordinarios como un terremoto.

El incumplimiento contractual.

Como sabemos, en el ámbito contractual se originan derechos y obligaciones para las partes que suscriben un contrato. Esas obligaciones (que pueden consistir en dar, hacer o no hacer alguna cosa), tienen que cumplirse de conformidad con lo pactado.

Este principio (denominado “Pacta sunt servando”), resulta fundamental para dotar de seguridad jurídica las relaciones entre empresas, particulares, etc.

Pues bien, cuando una de las partes (o ambas) no cumple con sus obligaciones, se produce un incumplimiento contractual.

La consecuencia jurídica para el incumplidor es tener que responder por los daños y perjuicios causados por el incumplimiento.

Art. 1.101 del Código Civil.

Quedan sujetos a la indemnización de los daños y perjuicios causados los que en el cumplimiento de sus obligaciones incurrieren en dolo, negligencia o morosidad, y los que de cualquier modo contravinieren el tenor de aquellas.

Pero, ¿qué sucede si el incumplimiento se produce por una causa de fuerza mayor?

El Código Civil viene a matizar o limitar las consecuencias del incumplimiento.

Art. 1.105 del Código Civil.

Fuera de los casos expresamente mencionados en la Ley, y de los que así lo declare la obligación, nadie responderá de aquellos sucesos que no hubieran podido preverse o, que previstos, fuera inevitables.

En cualquier caso, ante una posible situación de fuerza mayor que impida el normal cumplimiento de las obligaciones, tendríamos que analizar el contrato (¿regula tales situaciones?), además de las circunstancias concretas de cada caso.

Es muy importante actuar de buena fe en todo momento. Informar a la otra parte de nuestra imposibilidad de cumplir (que puede ser meramente temporal), tratando de alcanzar acuerdos que permitan continuar con las relaciones contractuales.

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